Encomiéndame tu corazón herido. Explícame lo que hizo o dijo tu marido que causó esa herida. Yo te escucho. Yo te entiendo. Yo me compadezco. Mi puerta siempre está abierta para ti. Amor Mío, déjame ayudarte a ver las cosas desde otra perspectiva. En vez de fijarte en las faltas y flaquezas de tu marido, ¿Por qué no miras tus propias debilidades? No se trata necesariamente de que tengas más culpa que él, pero si estás dispuesta a dar los primeros pasos para cambiar, resultará mucho más fácil para ambos. Pregúntame cómo veo Yo a tu pareja. Aprecio muchas más cosas buenas que malas, más aspectos positivos que negativos, por eso, voy a ayudarte a ver a tu marido y tu matrimonio bajo esa misma luz. Puedo enseñarte constantemente nuevos elementos y aspectos acerca de ti misma y de tu amado. Piensa en el efecto que tus actitudes, tus actos y tu conducta tienen en tu marido, y no tanto en el que tienen los suyos en ti. Fuente: De Jesús, con cariño para ella
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