Naranjas Naranjas que caían al corral de mi casa de una casa vecina, rodando por las tapias... Encendidas naranjas que trae, en su canasta, una niña que viene cantando desde el alba: "Naranjitas de China, ¿no me compra naranjas?..." ¡Ay, cómo me recuerdan el solar de mi casa con el color alegre de sus hojas amargas! ¡Cuántas cosas me dice de mi vida lejana, esa niña que viene vendiendo unas naranjas! Sol ... provincia ...canciones... ¡Esa niña que pasa no comprende que, a gritos, va vendiendo mi infancia! Nunca Nunca me cansará mi oficio de hombre. Hombre he sido y seré mientras exista. Hombre no más: proyecto entre proyectos, boca sedienta al cántaro adherida, pies inseguros sobre el polvo ardiente, espíritu y materia vulnerables a todos los oprobios y las dichas... Nunca me sentiré rey destronado ni ángel abolido mientras viva, sino aprendiz de hombre eternamente, hombre con los que van por las colinas hacia el jardín que siempre los repudia hobre con los que buscan entre escombros la verdad necesaria y prohibida, hombre entre los que labran con sus manos lo que jamás hereda un alma digna, ¡porque de todo cuanto el hombre ha hecho la sola herencia digna de los hombres es el derecho de inventar su vida! Patria Esta piedad profunda es tierra mía. Aquí, si avanzo, lo que toco es patria: presencia donde siento a cada instante el acuerdo del cuerpo con el alma. Esta voz es mi voz. Pero la escucho en bocas diferentes. Y aunque nada de cuanto dice pueda sorprenderme, oírla me cautiva porque canta en ella un corazón siempre distinto que nos lo explica todo sin palabras. Aquí, si avanzo, el mundo se detiene. Todo es verdad primera y espontánea: ¡día, hasta fallecer, hecho de aurora! ¡vida, hasta concluir, hecha de infancia! Paz No nos diremos nada. Cerraremos las puertas. Deshojaremos rosas sobre el lecho vacío y besaré, en el hueco de tus manos abiertas. la dulzura del mundo, que se va, como un río... Río ¡Río en el amanecer! ¡Agua en tus ojos claros! Caer -¡subir!- en lo azul transparente, casi blanco. Cielo en el río del alba -mi amor en tus ojos vagos- oh, naufragar -¡ascender!- ¡siempre más hondo! ¡Más alto! Ruptura Nos hemos bruscamente desprendido y nos hemos quedado con las manos vacías, como si una guirnalda se nos hubiera ido de las manos; con los ojos al suelo, como viendo un cristal hecho pedazos: el cristal de la copa en que bebimos un vino tierno y pálido... Como si nos hubiéramos perdido, nuestros brazos se buscan en la sombra... Si embargo, ya no nos encontramos. En la alcoba profunda podríamos andar meses y años, en pos uno del otro, sin hallarnos. ...Río en el amanecer... |