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 Y precisamente hablando sobre relaciones de parejas y aquello que gira entorno a ellas, nos encontramos con la teoría de un psicólogo clínico, psicoterapeuta de pareja y relaciones familiares llamado Robert W. Firestone conocida como "Vínculo Imaginario". Este síndrome como lo califican hoy, le impide el paso al amor y evita esa entrega, muy necesaria para la unión de la pareja. El término es la forma generalizada de lo que en un principio Firestone postulaba, los esquizofrénicos fantaseaban una "auto-maternidad" como un reemplazo para sentirse seguros en las relaciones interpersonales externas. Una mayor claridad del concepto y cómo se vive en la pareja indica una ilusión de conexión que termina reemplazando los verdaderos actos de amor, afecto y respeto; la relación se basa más en rutinas y roles. Un panorama general
A simple viste podríamos pensar que la pareja esta muy unida y comprometida porque están juntos, conviven, duermen juntos pero en el interior esas conductas no tienen gran significado y emoción, pues aquel que lo padece pone una barrera invisible cuando se rebasa cierta distancia. La realidad es que uno de ellos no se arriesga a tener un vínculo real, hace como que existe y aunque sea muy insatisfactorio le da la sensación de control de la distancia emocional con su pareja: "Si me siento solo me acerco, si me siento amenazado me alejo". Es claro que en una relación donde impera este vínculo no hay amor porque todo es una fantasía, lo que la persona siente en realidad es una profunda necesidad de afecto y una gran incapacidad emocional que lo disfraza con actos románticos. Este síndrome que desde luego se hace presente durante las distintas etapas de la relación como por ejemplo la del enamoramiento, la persona no puede sentir ni dar amor genuino aunque quiera y tenga una gran necesidad de hacerlo.
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