Aunque en tu corazón no hay palabras. Ni las más cortas, ni las más frías. Peor que eso, no hay palabras, pero tampoco desprecio; solamente una sonrisa burlona que identifico claramente, pero intensamente me seduce y sulfura mi alma débil. La discrepancia en nuestras situaciones, es que mi corazón es más, más débil. Por eso me limito a no verte a no sentirte, a no tenerte. Pero ya en serio, querida, ¡estamos tan solos! Tu allá en tu cobija tal vez con otro, y yo en la mía estando con alguien. Sintiéndonos solos tú y yo tan distantes pudiendo sentir amores vibrantes. Volando a otros rumbos, tomados de manos, con verso en los ojos, con prosa en los labios. Autor:Pablo Cerda |