Arena en el mar, mar en el desierto... ¡qué otro mar que la lágrima! ¡qué otra lágrima que la arena! ¡cuánto llanto! ¡cuánta soledad! ¿Dónde un espejo, ¡Oh mar! en esta arena, que como tú, refleje nuestro rostro y nos devuelva intacta esa imagen con la que Dios a su semejanza hombre nos hizo? La poesía del mar en un argot de silicio impregna la tarde del hombre y desde aquí diviso al sol desde esta atalaya desnudo Hay una multitud de fieras agazapadas desde el pleistoceno esperando el deceso del crepúsculo y adivino que están cerca y se aproximan procurando acorralar las horas en el mítico segundo de un reloj de arena Arena en el mar, mar en el desierto... ¡cuánta infinitud de sueños y de sal albergas en tu lecho! tus aguas no se rinden ni se rindieron ¡tu voz no callará! Será así desde el comienzo Tu voz profética nos hablará y nos enseñará todos los días de nuestra iniquidad. Mar fileteado por la luna en tu ancho pliego anida un cuerpo y en tus ojos una lágrima de sal ¡Hay un beso triste que se posa en el agua cuando solloza la luna de Arabia durante las noches de Omán! Colaboración de:Alli Al Haded |