Tan bella luz me iluminó un día Arrancándome a diestra y siniestra Miles de sonrisas todos los díasIluminaste las penumbras de mi existir Secando mis lágrimas poco a poco Enseñándome de nuevo a vivir. Me mostraste la diferencia entre vivir y existir me mostraste que no solo es lindo Aprender a vivir la vida Sino que también hay que llevar en el rostro Una sonrisa y en el bolsillo otras mil Por si a caso a alguien le hace falta aprender a sonreír. Dios mío por favor Has que esa luz que llego a mí un día Nunca jamás se extinga Porque hoy día es la fuerza que me da la vida. Gracias señor Por poner en mí camino Al hombre que desinteresadamente Alumbro con la nobleza de su corazón Las sombras de mi alma... Ya que gracias a el puedo sentir hoy De nuevo en mi vida la calma. Autor: MARIA CRISTINA VALENZUELA PEREZ |