A través del paso del tiempo la humanidad ha sufrido y ha hecho sufrir, se dice que es un mal que todos llevamos dentro y que por ello debe disculparse. El engaño no distingue razas, sexos, ni tampoco mide sus consecuencias, mientras para unos resulta un escaparate para otros es el dolor en su máxima expresión. Habrá muchas escuzas para engañar y muy poco valor moral para enfrentar la realidad, pero, qué sería del engaño si careciera del juego? - unos dirían -, a lo que yo respondo: qué sería de los que ahora sufren, viven inseguros del amor y por ello endurecen su corazón, si se les hubiera hablado con la verdad? Yo solo pienso que el engaño es una basura imperdonable, imperdonable para los que aman de verdad y tolerable para la basura. El amor no es un juego, y a pesar de que todos tenemos derecho a ejercerlo no todos tienen la madurez necesaria para mantenerlo, habrá quien diga que errando se aprende, muestra de ello será la gran cantidad de divorcios? El engaño es el juego que como traicionero que es, quien lo ejerce pierde la consciencia de que también esta jugando consigo mismo. Colaboración de:Carlos Reyes Zenteno |