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 Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha encontrado la manera de comunicarse con sus semejantes por medio del lenguaje no verbal, fue así que manifestó sus miedos, deseos, emociones o intenciones. Aunque ha transcurrido mucho tiempo desde entonces, esto todavía forma parte de nosotros, ya que es nuestra herencia biológica. Todos, en algún momento y sin darnos cuenta hemos enviado mensajes utilizando nuestro cuerpo. Por este medio, le revelamos a los demás si estamos tristes, molestos, incómodos, si nos sentimos seguros, etc, mientras que aquellas personas que sí están conscientes de ello, suelen entender tales mensajes. Es importante pues analizar lo que expresamos a través de la palabras pero también con nuestro cuerpo, incluso algunos estudios indican que uno de los aspectos más importantes en la comunicación es lo que no se dice. ¿Qué es la isopraxis?
Consiste en la imitación de la postura de la otra persona, lo que nos permite establecer una mayor proximidad y compatibilidad. La explicación a este mecanismo lo tienen las neuronas motoras o neuronas espejos, las cuales hacen posible que imitemos el comportamiento de los otros, establezcamos empatía y creemos afinidad. Un ejemplo muy claro para darnos cuenta de la fuerza que tiene la isopraxis lo podemos encontrar en la expresión facial de un bebé cuando responde tiernamente a la sonrisa de su madre, algo que ocurre gracias a estas neuronas espejo. Cabe señalar que este comportamiento lo hacemos de forma inconsciente y natural, logrando que el otro se sienta a gusto con nuestra compañía. Sin embargo, también podemos llegar a hacerlo de una manera más consciente y planificada. Como puedes darte cuenta, la isopraxis es importante en nuestra vida porque nos permite establecer valoraciones reales sobre lo que la otra persona podría sentir y que no expresa verbalmente. Todo esto, sin duda, te permitirá desarrollar una mejor comunicación con los demás. Practicando la isopraxis
Esta técnica se basa en transmitir una serie de mensajes a través de nuestros gestos y posiciones corporales con el fin de empatizar con el otro y así llegar a seducirle. Por su parte, la otra persona percibe tales mensajes, los responde y crea empatía con nosotros. Algunas posiciones son: Andar erguidos. Una manera de seducir con esta técnica es andar siempre con una postura erguida y sin mirar al suelo, es además un gesto que muestra seguridad en si mismo y ofrece seguridad a los demás.
Mirar a los ojos. Lejos de divagar, debemos ser directos en nuestras conductas, así que podremos seducir mucho más si miramos fijamente a los ojos. También podemos mover nuestro cuerpo hacia delante y especialmente las manos pero sin exagerar. Manos fuera de los bolsillos. Debemos ser lo más transparentes posibles. Si mantenemos las manos en los bolsillos denotan cierto misterio o bien que estamos escondiendo algo a los demás. Imitar gestos de forma sutil con el fin de empatizar con el otro. Tema relacionado: Las tres "A" para las conquistas. ¿Cómo saber si la otra persona está interesada en nosotros?
Según la isopraxis, si la otra persona te mira de frente, sus pupilas se dilatan un poco e inclina su cuerpo hacia ti, es un indicativo de cierto interés. Pero si, por el contrario, la otra persona te evita, observa el reloj de forma constante o su postura corporal denota alejamiento, quizás no le atraigas demasiado. Ten en cuenta que al igual que tú, la otra parte también esta modificando su postura corporal a propósito para que intuyas que no le interesas o al contrario se muestra nervioso (a) delante de la tí porque le gustas. Tema relacionado: 6 lecciones de los abuelos para ligar. Fuentes: |
