La sakura o cerezo en flor es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa. Este árbol florece al comienzo de la primavera y puede ser de distintos colores y tonalidades, especialmente de color rosa pálido. Pues bien acerca de este árbol tan precioso hay una leyenda muy inspiradora, se relaciona con el nacimiento del amor verdadero en medio del caos, te invitamos a conocerla. La leyenda de Sakura comienza hace cientos de años en el antiguo Japón. Por aquel entonces los señores feudales libraban terribles batallas, en las que morían muchos combatientes humildes, llenando a todo el país de tristeza y desolación. Los momentos de paz eran muy escasos, ya que no terminaba una guerra, cuando comenzaba la otra. Pese a todo, había un hermoso bosque que ni la guerra había podido tocar. Estaba lleno de árboles frondosos que exhalaban delicados perfumes y consolaban a los atormentados habitantes del Japón antiguo. Por más combates que hubiera, ninguno de los ejércitos se atrevía a mancillar semejante maravilla de la naturaleza. En aquel hermoso bosque había, sin embargo, un árbol que nunca florecía. Aunque estaba lleno de vida, en sus ramas nunca aparecían las flores, por eso se veía desgarbado y seco, como si estuviera muerto. Pero no lo estaba, simplemente parecía condenado a no disfrutar del color y el aroma de la floración que había a su alrededor. La soledad su única compañíaEl árbol permanecía muy solitario, los animales no se le acercaban por miedo a contagiarse de su extraño mal, la hierba tampoco crecía a su alrededor por las mismas razones. La soledad era su única compañía. Cuenta la leyenda que un hada de los bosques se conmovió al ver a aquel árbol que parecía viejo siendo joven. Una noche el hada apareció junto al árbol y con nobles palabras le hizo saber que quería verlo hermoso y radiante. Estaba dispuesta a ayudarle para que lo lograra, entonces le hizo una propuesta: Ella, con su poder, haría un hechizo que duraría 20 años. Durante ese tiempo, el árbol podría sentir lo que siente el corazón humano y tal vez así lograría emocionarse y quizás querría florecer. El hada agregó que gracias al hechizo podría convertirse tanto en planta como en ser humano, cuando así lo deseara. Sin embargo, si al cabo de los 20 años no lograba recuperar su vitalidad y brillo, moriría inmediatamente. El encuentro con SakuraTal como el hada dijo, el árbol vio que podía convertirse en ser humano y volver a ser un vegetal cuando así lo quería. Probó a quedarse un largo tiempo como hombre para ver si las emociones humanas le ayudaban en su propósito de florecer. Sin embargo, el comienzo fue una decepción. Por más que buscaba a su alrededor, solo veía odio y guerra, entonces volvía a ser árbol durante una buena temporada. Los meses fueron pasando y también los años y el árbol seguía como siempre y no encontraba entre los humanos nada que lo librara de su estado. Sin embargo, una tarde que se convirtió en humano, caminó hasta un arroyo cristalino y allí vio a una hermosa joven, era Sakura. Impresionado por su belleza, el árbol convertido en humano se acercó a ella. Sakura fue muy amable con él y para corresponderle, él le ayudó a cargar el agua hasta su casa, que quedaba cerca. Tuvieron una animada conversación en la que ambos hablaron con tristeza del estado de guerra en el que se encontraba el Japón y con ilusión de los grandes sueños. Los dos se convirtieron en uno soloCuando la muchacha le preguntó cuál era su nombre, al árbol solo se le ocurrió decirle "Yohiro", que significa "esperanza". Los dos se hicieron muy amigos, así que todos los días se encontraban para conversar, cantar y para leer poemas y libros de maravillosas historias. Cuanto más conocía a Sakura, más necesidad sentía de estar a su lado, contaba incluso los minutos para ir a su encuentro. Un día, Yohiro no pudo más y le confesó su amor a Sakura. También le confesó quién era en realidad: un árbol atormentado, que ya pronto iba a morir porque no había logrado florecer, por lo que Sakura quedó muy impresionada y guardó silencio. El tiempo pasó y el plazo de los 20 años estaba por cumplirse, así que Yohiro, que volvió a tomar la forma de árbol, se sentía más triste cada vez, pero una tarde, cuando menos lo esperaba, Sakura llegó a su lado. Lo abrazó y le dijo que ella lo amaba también y no quería que muriera, no quería que nada malo le pasara, por lo que el hada apareció de nuevo y le pidió a Sakura que eligiera si quería seguir siendo humana o fundirse con Yohiro en forma de árbol. Ella miró a su alrededor y recordó los campos desolados por la guerra. Eligió entonces fundirse para siempre con Yohiro, y se hizo el milagro: los dos se convirtieron en uno solo. El árbol entonces floreció con la "Flor de cerezo" que significa Sakura, desde entonces, el amor de ambos ilumina y perfuma los campos del Japón. Fuentes: |