Sus obras se caracterizan a partir de expresiones directas y desencadenadas, siempre en primera persona, todo gira alrededor de la vida. Experta en la Décima, sus poemas trataba temas metafísicos. Le cantó a Dios, la muerte, la soledad, la angustia, la nada. Sus influencias fueron Quevedo, Sor Juana y Góngora. Precursora de lo que después se llamaría liberación femenina, desde muy joven, convivió con artistas e intelectuales de México. Gracias a su hermana Carito, colaboradora de Carlos Chávez y fundadora de la Galería de Arte Mexicano, que más tarde habría de dirigir su hermana Inés. Tal galeria se encontraba el en el sótano de la casa de su padre, el cual fue acondiciomado y donde desfilaron Rivera, Orozco, Tamayo, Siqueiros y O'Gorman, entre otros más. Fue apadrinada poéticamente por Alfonso Reyes, quien se refirió a ella como un caso mitológico . Gabriela Mistral, una gran amiga, le sirvió de inspiración para escribir uno de sus más conocidos libros "Yo soy mi casa (1946)". Durante un tiempo, su forma de escribir causó polémica; se decia que a Guadalupe alguien le escribía sus poemas, ya que era imposible que una mujer guapa, vanidosa, excéntrica, superficial y fiestera, pudiera tener cabeza para escribir poemas que reflexionaran sobre el ser. Pensaban que el autor de esas singulares obras era un hombre, tal vez alguno de sus admiradores como Alfonso Reyes. Un día, por fin, Guadalupe decidió enfrentar tal afirmación de una manera muy original. En el prólogo de la edición de "Poesías completas", que en 1951 publicó Editorial Aguilar de España, deslizó una línea: "Las malas lenguas decían que no era posible que yo escribiese mis versos", y compuso un soneto a propósito de esa infamia: Como dicen que soy una ignorante Como dicen que soy una ignorante Debe de ser un tipo desbordante Yo sólo pido que él siga cantando de su talento sin ningún derecho A pesar de las criticas e incredulidades, Guadalupe escribió más de 30 libros. Entre las obras que publicó destacan los poemarios:
Guadalupe Amor, "La Diosa" como ella misma se auto nombraba, utilizaba un juego de palabras en sus versos y prosas, capaces de hacer reír a cualquiera. |