Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra para los cuerpos juntos y la ración de la esperanza es poca y el dolor no se puede compartir. El hombre es animal de soledades, Ah, pero el odio, su fijeza insomne El ciervo va a beber y en el agua aparece El ciervo bebe el agua y la imagen se vuelve Damos la vida sólo a lo que odiamos. |