¿De qué me sirve ser casto?

- Se fortalece el carácter y la voluntad pues ofrece posesión y dominio de si mismo.
- Se purifica el amor y lo eleva.
- Es la mejor forma de comprender y de valorar al amor.
- Aumenta la energía física y moral.
- Da mayor rendimiento en el deporte y en el estudio.
- Prepara para el amor conyugal.
- La persona se muestra segura porque asume el pleno control de su conducta.
- Genera grandes ideales, constantes y dinámicos en las personas.
- La castidad ofrece la preparación necesaria para cualquier vocación como lo es el matrimonio, la vida religiosa o incluso la soltería.
- Al tener el dominio de si mismo nos muestra ante el prójimo como una persona fiel, bondadosa, capaz de generar a su alrededor un ambiente de confianza y amistad.
- La virtud de ser castos nos hace auténticamente fecundos pues nos capacita para poner nuestra sexualidad al servicio del amor auténtico que consiste en darse a Dios y los demás, en la transmisión de la vida en todas sus formas.

Castidad/fecundidad

En la vida matrimonial la sexualidad se expresa genital y espiritualmente, valores que implican la expresión y renovación del amor conyugal, así como la transmisión generosa de la vida humana (hijos) que luego debe ser educada con esmero por los padres para que alcance su madurez en todos los sentidos, físico, emocional, espiritual.

La vida matrimonial llama a la fecundidad por lo que la esterilidad voluntaria es la muestra más clara de egoísmo.

Si en una sociedad no se vive la castidad antes del matrimonio y fecundidad dentro de este enlace, entonces aumentará el egoísmo manifestado en fornicaciones, adulterios, abortos, enfermedades de transmisión sexual; corazones rotos, niños sin padres.

A su vez el no llevar una vida casta antes del matrimonio y fidelidad dentro de éste, genera gasto social y económico por ejemplo:

* El sida como otras enfermedades de transmisión sexual traen sufrimiento, muerte y un enorme gasto social y económico pues no se les debe dejar desamparados.
* Los niños sin padres son más propicios al pandillerismo y drogadicción lo que acarrea sufrimiento, muerte y gasto porque ellos también tienen derecho a ser atendidos.

Hoy en día contamos con un amplio programa de educación sexual donde se promueve el goce del otro sin compromiso en lugar de educar el carácter y dominio de si mismo, sobre todo en los jóvenes; preferimos darles un condón y decirle como se usa, en caso de fallo u olvido se encuentra la píldora del día siguiente, y si aún con todos estas medidas se genera un embarazo no deseado contamos con la opción del aborto, al cabo que ya es legal.

De que tenemos recursos para llevar una vida más cómoda no hay duda, pero realmente serán los adecuados para llevar una vida tranquila, en paz y rica en espiritualidad, eso no es seguro.

Fuente: Periódico Gaudium.
Recopilación hecha a partir del escrito titulado "La vocación a la castidad".
Autor: P. Rubén Porras Penilla.