Como jóvenes aspiramos a un amor de película o, tal vez a un simple romance, de esos que sólo te hacen sentir mariposas en el estómago. Incluso, pensamos e insistimos en que ese amor se debe de buscar. Pero antes es necesario reflexionar en ¿Cómo amar a alguien más?, ¿Cuánto esfuerzo hay en un noviazgo?, ¿Cómo puedo ser buen novio o novia? y, a decir verdad no sólo es un esfuerzo sino una lucha interna entre tú y lo que los demás piensan y hacen. Muchas veces podemos pensar que las historias de amor ya no valen la pena o que una relación ya no es para arriesgarse a tener algo "formal", y éstas son las situaciones en las que somos más vulnerables y podemos decaer en un sinfín de rechazos al amor, y aún más si no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos. Debemos pensar en un par de cosas antes de iniciar un noviazgo y al estar en uno. Antes de pensar en salir con alguien, conócelo a través de una amistad, no tengas prisa, no porque te tocó el corazón o te hizo sentir cosas bonitas ya van a ser novios; si pasa el tiempo y siguien sintiendo lo mismo, adelante.
Una cosa debes tener en mente: sólo empieza un noviazgo cuando tengas claro lo que quieres para él o ella. Si no te pones un objetivo en la vida, todo lo que hagas te hará sentir vacío, en este caso llegar a querer o amar demostrando cariño , respeto y sinceridad cuenta como un objetivo. Cuando a la persona a la que se está amando ya no se le llena de felicidad y orgullo es mejor ser sinceros y no seguir. Haz del noviazgo un tiempo de conocimiento; no se ama a quien no se conoce, porque muchos gustan del sol y sus puestas pero pocos aceptan el caos y la decadencia. No tengas miedo de mostrarle al otro tu realidad e incluso la de tu familia. Si el o ella no te acepta como eres, y tampoco a tu familia, con todas las cualidades y defectos, entonces no te ama de verdad; para aprender a amar a alguien se debe dejar crecer al otro tanto en su persona como en la relación.
La relación es el tiempo de crecer de dos, donde se fermenta el amor, la renuncia y el sacrificio por el otro. Y ¿a qué conlleva esto? a acciones que hagan al otro feliz y a uno mismo; a no tener envidias, ser justo y confiar. Una relación en la que ambos no crecen humana ni espiritualmente, está vacía. El noviazgo implica pues una vida de esfuerzo, perseverancia ante situaciones contrarias a lo que estamos acostumbrados, como por ejemplo llevar una vida con santidad, lo que implica más de un rechazo, mucho mayor si tenemos una relación basada en valores espirituales, sin embargo es preciso saber que éste es el objetivo final y el cual nos garantizará un noviazgo sano. Autor: Thelma Velázquez, lsp. Fuente: Revista Juventud Xtrema |